Colombia tiene un territorio inmenso con una de las mayores biodiversidades en el mundo gracias a su geografía privilegiada, y en la mayoría de dicho territorio hay presencia humana sin importar cuan lejana esté de las urbes. A continuación Sebastian Contreras de Estación Espacial Arquitectos nos presenta la experiencia y sus desafíos tanto humanos como arquitectónicos de construir una Maloca con y para los Ticuna en lo profundo del Amazonas Colombiano.
¿Qué hay en común entre el calor, la humedad, los materiales, la geografía, la cultura indígena, el transporte, el bajo costo, los insectos, los sistema constructivos vernaculares, la mano de obra local, el tiempo, la producción y exposición de artesanía?
A través de un trabajos participativos de meses con la comunidad Ticuna, tuvimos que encontrar aquello que era común y que unificaba todas las variables en juego del proyecto, que nos permitiera de manera fundamental agrupar criterios y sintetizar con el diseño un espacio arquitectónico, en este caso un centro para la producción y exposición de artesanía local.
Son varios los temas que sobre la arquitectura aparecen y se amplifican cuando uno desarrollar un proyecto espacial construido en el Amazonas. No creo que exista otro lugar en el mundo que le imprima tanta información a la arquitectura como éste.
Podemos decir con certeza que todo los temas arquitectónicos están más amplificados en el amazonas; El extremo calor y humedad en el exterior y por sobre todo en el interior de los espacios; La tradición constructiva ancestral versus la mano de obra local y de la comunidad indígena; La elección de los materiales versus la sustentabilidad del territorio; El programa y actividad dentro de la obra versus las costumbres y culturas cotidianas de las personas y comunidad; La distancia de la obra de un centro poblado que permita el abastecimiento de insumos para la construcción; El transporte de los materiales por geografías complejas; La participación de la comunidad en el diseño de la obra desde el primer día; La lengua Ticuna, que solo ellos comprenden; La escasez de agua, la intermitencia eléctrica y en muchos casos la mala señal telefónica; Y una cantidad de insectos que te atacan sin compasión, que te hace trabajar todo el día para transpirar, ya que es la única forma de repelerlos, y poder dormir por la noche. Si a todo lo anterior le sumamos que la obra es construida por la comunidad que no sabe leer planos de arquitectura, con un presupuesto escaso, podemos decir que el proyecto de arquitectura comienza a ser tu vida.
Para llegar es necesario, tomar un avión y aterrizar en Leticia, la capital del Amazonas Colombiano, luego subirse a una lancha con 20 personas y navegar por el rio amazonas durante 3 horas para llegar al bello municipio de Puerto Nariño. Como si esto fuera poco, debemos caminar una hora y media por la selva, para llegar a la maravillosa comunidad Ticuna del 20 de julio. Una comunidad de 40 casa, sin agua, luz intermitente, donde solo vive una población Ticuna y nosotros, por el tiempo que diseñamos y se construyó el proyecto.
Esto suena fácil si uno va de turista y solo lleva un bolso y repelente para insectos, pero cuando tienen que hacer una obra de arquitectura y llevar maquetas del proyecto a escala 1:25, ya que la comunidad solo comprende con maquetas la obra, transportar madera Mata-Mata para la estructura que solo se corta en un lugar y luego de una ceremonia, algo de fierro y cemento para las fundaciones, tejido de hoja chamapaja de la comunidad Yagua para el techo, y si a esto se le suma que hay que desinfectar los materiales por el Covid-19, el proyecto se transforma en una gran desafío.
Darnos cuenta de esta complejidad, nos permitió enfrentar de otra manera el proyecto de arquitectura. Ya no podemos actuar de la misma manera con la que trabajamos en la ciudad o en el territorio rural. Es en este momento que en el proyecto de arquitectura pasa ser clave la manera en cómo actuamos y diseñamos. Esa idea tan cartesiana de pensar y luego hacer, tan mecanicista moderna en la que llevan los proyectos de arquitectura en la actualidad, en estos lugares se pone en crisis. En proyectos como éste pensar y hacer son uno e indivisible.
Luego de trabajar unidos a la comunidad, descubrimos todas estas variables están unificadas, se encuentra en su propia realidad e idiosincrasia, en la forma que la comunidad indígena Ticuna se enfrenta a su cotidianidad, que para este caso tiene relación directa con la Artesanía. Creemos que trabajando de forma Artesanal logramos dar sentido y dirección a una obra de arquitectura artesanal.
El valor Artesanal que proponemos radica en la posibilidad de pensar y hacer en simultáneo, o como propone Richard Sennett en su libro “El Artesano” “La artesanía es el arte del hacer pensado” . El autor resalta a la Artesanía, como el arte que escribe, describe y prescribe la importancia del hacer y coloca este hacer con las manos en un lugar relevante en la adquisición y creación del conocimiento.
Richard Sennett defiende en su libro que hacer es pensar. Defiende que se puede pensar con las manos y que se produce un aprendizaje y conocimiento intelectual especial a través de la repetición de una actividad, especialmente la actividad física y que más físico que diseñar y construir un espacio arquitectónico en el amazonas.
El método artesanal que proponemos para el proyecto se distingue de otros porque hace en simultáneo la reflexión y él hacer. Esta forma consciente de actuar según Sennett da como resultado un buen un trabajo por el simple hecho de que se aprende haciendo. Para el autor, tan Artesano es un carpintero, un escritor, un arquitecto o un padre de familia, siempre que sienta un especial interés en hacer bien una vez y mejor aún al siguiente el trabajo encomendado.
En obras como esta no existe lo que hemos llamado postproducción, que significa editar una información con posterioridad. Aquí lo que se hace es y debe ser lo definitivo. Pensar y hacer son en simultáneo.
A través de este método artesanal la arquitectura logra interpretar y construir la esencia del valor cultural del lugar.
Gracias al gran trabajo construcción y coordinación de Tananta, Hernan Souza, Clever, Manuel Gómez, Monica Pacheco (onitano), Yeison Gamba, Ana Lopez.
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